VUELTA AL COLE Y UNIFORME ESCOLAR: ¿QUÉ ME PONGO?

Empieza un nuevo curso. Los medios de comunicación recogerán la “vuelta al cole” como la noticia clásica de este mes de septiembre, año tras año; y, ligado a ésta, las declaraciones de cada vez más familias que claman por la imposición del uniforme escolar como obligatorio. Lo que para algunas –pocas- familias es un gasto, para la mayoría es la mejor de las inversiones que unos padres pueden acometer con el comienzo de curso. ¿Por qué?

La factura del inicio escolar suele ser abultada por sumar varias partidas para un curso escolar de, aproximadamente, 10 meses: libros, material escolar, uniformidad, etc. todo ello elementos necesarios y 100% imprescindibles para el éxito académico del alumno. Sin embargo, dos de ellas suelen suscitar una controversia: libros y uniformidad. ¿Acaso son necesarios renovar los libros para un mismo curso académico año tras año? En este sentido tanto quienes están a favor como en contra encontrarán sus tesis para defender el cambio (o no) de contenidos curriculares. Con la uniformidad sucede algo muy similar. ¿Resulta necesario que un niño acuda vestido con uniformidad al colegio?

La guerra de las marcas
En una sociedad cada vez más influenciada por las marcas, los niños no quedan ajenos a las modas de usar logotipos en sus prendas y/o calzados: un cocodrilo o un señor montado a caballo, tres franjas verticales o una “N” en el calzado sirven para marcar distancias entre ellos. Quienes no pueden (o no quieren) que sus hijos acudan con éstas (u otras marcas) al colegio, muy probablemente puedan sentirse “desplazados” en un grupo de amigos. Como ya mencionan cada vez más voces críticas –y de peso- en las instituciones educativas, como Alfonso Aguiló, presidente de CECE (gremial de los centros concertados), “la uniformidad escolar es cada vez más necesaria pues elimina las diferentes realidades socioeconómicas de las familias”; es decir, la uniformidad escolar evita diferenciaciones de tratos entre niños con mayores y menores posibilidades económicas; todos son iguales.
Esto permite a las familias evitar las clásicas “guerras” a primeras horas de la mañana con el consabido ¿qué me pongo hoy?  La obligatoriedad del uso del uniforme escolar elimina la anterior pregunta.

Orgullo de pertenencia
Por otro lado, y no menos importante, vestir la uniformidad escolar de un colegio implica lucir orgulloso el escudo del centro educativo que –a buen seguro- marcará la vida de todo niño. ¿Quién no se acuerda de su etapa escolar y de todos los amigos que en ella se fraguaron? Por buscar ciertas analogías, en deportes como las regatas –por ejemplo- todos los tripulantes de cada barco visten su uniforme con orgullo de pertenencia a su armador. Tanto desde organizaciones como CECE y CONCAPA abogan por el uso de la uniformidad escolar como catalizador de orgullo de pertenencia a un grupo.

Por precio
Por último, y quizás no menos importante, un detalle que suele pasar desapercibido es el precio. La uniformidad escolar en realidad resulta barata. En COLEX Uniformes trabajamos sólo con fabricantes de tejidos nacionales, con un excelente gramaje y durabilidad muy superior a las prendas que muchos grandes almacenes ofrecen, cuya producción y fabricación suele ser en algún país asiático o latinoamericano, provocando roturas del tejido y/o pérdida del color. La calidad del producto español queda fuera de toda duda. Nuestros tejidos están testeados para soportar miles de lavados, lo cual le confiere una gran durabilidad y, por ende, un extraordinario ahorro a las familias, puesto que cada uniforme seguramente le dure más de un curso escolar.

En COLEX Uniformes estamos a su entera disposición para ofrecerle la solución que mejor se adapte a sus requerimientos, ya sea en uniformidad escolar o en deportiva. Consúltenos sin compromiso.

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